Hoy hablamos sobre cómo nos han enseñado que si algo no se ve rápido, no tiene valor. Pero la verdadera transformación rara vez ocurre de inmediato. A menudo, los procesos más profundos requieren tiempo, paciencia y espacio para desarrollarse. Al igual que el mar sigue su curso sin ser apresurado o la semilla crece lentamente sin ser forzada, nuestros propios procesos de cambio necesitan su propio ritmo. Respetar este tiempo es un acto de humildad y confianza, entendiendo que lo que estamos viviendo tiene su razón de ser. Con el tiempo, al mirar atrás, comprenderemos por qué todo sucedió a su debido momento.

Para Fluir Hoy: Si te encuentras impaciente con los resultados de tus esfuerzos, recuerda que todo tiene su propio ritmo. Confía en lo que estás viviendo y en lo que se está desarrollando dentro de ti.

Aquí en BCyF, te damos la bienvenida a un espacio donde afirmamos, reflexionamos y nos cuestionamos en tan solo un minuto cada día.

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Produce: Na Q Ver Studios

Voz y Guión: Iván J. Torres Guerra